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“Las heridas del ser,
pueden sanarse en infinitamente
más lugares
que aquellos en los
cuales fueron inflingidas”

| Martin Buber |

“La infancia no es simplemente un pasado, ni se reduce a la historia vivida en los primeros años… Es una dimensión permanente de la existencia

| Roger-Pol Droit |

En la vida actual transitamos en la tensión constante entre la necesidad de dar sentido y continuidad, y la de enfrentar cambios y decisiones.

Vemos la psicoterapia como el espacio donde se crea un vínculo que sostiene conversaciones para construir nuevos entendimientos. Nos detenemos en el aquí y ahora, en la historia y las posibilidades futuras, revisando nuestras acciones y emociones vinculadas al motivo de consulta.

La infancia es sagrada, no sólo por su importancia formativa, sino porque es un periodo de crecimiento, curiosidad, aprendizaje, exploración y disfrute. Las necesidades afectivas de los niños y niñas implican no sólo el desafío de responder a sus demandas, sino también la importancia de poder pensarlos y reconocerlos por quienes son.  Sin embargo, muchas veces aparecen dificultades y la confusión o la angustia pueden interrumpir ese proceso.

La terapia infantil es un lugar de encuentro y vinculación donde jugamos, entendemos y contenemos, respondiendo a las diferentes problemáticas por las que una familia esté atravesando  y acompañaando las preguntas que implica la crianza y el cuidado de la infancia.

La adolescencia es un momento clave de crecimiento, curiosidad y exploración. Sin embargo, hay ciertos procesos que entran en tensión: seguir ligados a la familia y construir un sí mismo independiente; pertenecer al grupo de pares y diferenciarse; trabajar por un sueño y pasarlo bien; depender y tener libertad.

En nuestro trabajo con jóvenes, privilegiamos la construcción de un vínculo de confianza y cobijo que constituya una base firme desde donde explorar en conjunto sus miedos, sus dolores y sus sueños, acompañándoles en sus procesos de construcción de identidad en diálogo con la familia.

En un mundo donde nos atrevemos -y sentimos necesario- cuestionar ciertos roles, dinámicas y conflictos para lograr el bienestar, la terapia de pareja se constituye como un espacio que sostiene esas preguntas.

La vida implica transitar por distintos momentos vitales donde las parejas viven quiebres o tensiones, y nosotros les ayudamos a entender y resolver para recuperar la comunicación: habitando y posibilitando el diálogo que muchas veces es difícil.

La terapia familiar se constituye como un espacio que considera las distintas voces de quienes conforman la familia. Hablar en un espacio así, implica tener conversaciones para abrir lo que no ha podido ser dicho o es muy difícil de comunicar. Implica ser escuchados y escuchar a otros, en un vínculo terapéutico que posibilita entendimientos mutuos a partir de la comprensión de las distintas posiciones que tiene cada miembro de la familia.

El trabajo interdisciplinario nos resulta fundamental en los procesos psicoterapéuticos, por lo que ofrecemos apoyo con psiquiatras adultos e infanto juveniles para quienes requieran tratamiento farmacológico.

Trabajamos en equipo para poder entregarle a nuestros consultantes una experiencia y una mirada del malestar de manera profunda e integral.