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«De los niñxs hablamos mucho, pero les preguntamos poco»

[Cita de Francesco Tonucci-Frato]

Con estas palabras de Francesco Tonucci-Frato, me encontré el otro día a propósito de estar buscado material para una clase. No sé bien por qué, pero me quedaron dando vuelta en la cabeza. Si bien la clase no tenía que ver con este tema en particular, me pareció interesante su idea.

En el trabajo clínico de la terapia, nos encontramos continuamente con padres y madres que no consideran necesario incluir a sus hijxs en ciertas conversaciones o decisiones familiares. Frases como: “ellos no entienden”; “no les importa, les da lo mismo”; “para que lx voy a preocupar”, «no se da cuenta» suelen aparecer con frecuencia… Como si los niñxs no fueran parte de ese contexto particular que habitan, como si no les afectase o no tuviesen la capacidad de comprender.

Bonita contradicción en la que nos encontramos los adultos que pensamos podemos hablar por ellos sin darles la oportunidad de decir. No es casual que la etimología del término infancia, proveniente del latín, refiera a “el que no habla”. Al parecer nos hemos tomado demasiado en serio esta definición sin considerar las implicancias y consecuencias de la ausencia de pregunta.

Promover la capacidad reflexiva en los niñxs y permitirles que logren reconocer y elaborar sus experiencias y emociones, pasa en gran medida por la capacidad de nombrarlas, por la posibilidad de ofrecerles como figuras significativas para ellxs, la posibilidad de conversar, de entender.

¿Cómo nombrar lo que no ponemos en palabras?

De ahí la importancia entonces de aventurarnos a preguntarles a los niñxs, para que sean ellxs mismos los que al nombrar, puedan ir constituyendo su mundo y las comprensiones de lo que les va ocurriendo. Es más, el acto mismo de nombrar, les permite ir construyendo sus recuerdos. Y en este sentido, es importante explicitar que en nuestro trabajo psicoterapéutico con niños ponemos énfasis en construir un espacio donde se restituya el lugar de la pregunta, y así, recuperen su voz, su capacidad de
hablar.

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Una columna escrita por Pilar Cuevas, psicóloga clínica infanto juvenil y socia fundadora de Grupo Clínico Sur.